La unicidad en una persona, en un ser humano, es una cualidad que cada uno es único, irrepetible, solo, singular: osea no hay otro ser como tú, ni lo hubo, ni lo habrá jamás.
Los humanos y los chimpancés se separaron de nuestro ancestro común hace más de seis millones de años. La evidencia fósil señala las formas en que hemos ido cambiando gradualmente. Dejamos los árboles, comenzamos a caminar y comenzamos a vivir en grupos más grandes. Y luego nuestros cerebros se hicieron más grandes. Físicamente somos otro primate, pero nuestros cerebros más grandes son inusuales.
No sabemos exactamente qué llevó a que nuestro cerebro alcanzara el tamaño que tiene hoy, pero parece que le debemos nuestra compleja capacidad de razonamiento.
Es probable que tengamos que agradecer a nuestro gran cerebro el hecho de existir. Cuando nosotros, el Homo sapiens, aparecimos por primera vez hace unos 200.000 años, no estábamos solos. Compartimos el planeta al menos con otros cuatro primos íntegros; Neandertales, denisovanos, el «hobbit» Homo floresiensis y un misterioso cuarto grupo.
No podemos permitir, participar ni sugerir que un ser humano pueda ser asesinado en sus primeras etapas de vida, cortando toda posibilidad futura y su derecho a tomar decisiones para su propia vida.
Esto hace el aborto provocado, mata a una persona única, y todo su potencial en su vida. Esta es una de las miles razones por las que el asesinato es uno de los crímenes más terribles.
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Apoyemos que la vida inicia desde la fecundación
La vida no se debe de interrumpir, todo ser humano es único desde la fecundación y por lo tanto debe nacer, hay muchas familias en espera de adoptar a un ser humano recién nacido que les cambiaría la vida.
¿Existe o existió alguna persona igual que tú en el universo? La respuesta es NO. Somos únicos, sólo tenemos una sola ida, la cual se agota al morir. Negra el alma que apoye matar un bebé no nacido, sin importar su tamaño, tú tuviste ese mismo tamaño.